El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo, es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial.
Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por su participación en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. En la actualidad es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general, se celebra en muchos de los países.
Llamativamente, en los Estados Unidos no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre desde 1882 en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente Grover Cleveland, auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos.
Por eso les deseamos un feliz dia a todos los trabajadores del mundo , Feliz 1 de mayo
Que en este dia los pasen con sus familias , que sea un dia muy especial para todas las persona que llevan el pan de cada dia a sus hogares y que sean el sosten de las familias.
Y que sea un año de éxitos para todos ustedes.
viernes, 15 de abril de 2011
viernes, 8 de abril de 2011
PPK: Voten por el mejor, no los defraudaré
Kuczynski, quien encabeza la Alianza Para el Gran Cambio (AGP), planea que la inversión privada sea el motor de la economía y busca mantener un crecimiento por encima del siete por ciento anual.
viernes, 1 de abril de 2011
leyendas
LA VIUDA DE CLUB PERUANO
-¡César! ¡César!, se escuchó en la insondable noche oroína, una voz desgarradora, una voz aullante. -¡Es la viuda! -decían algunos entes nocturnos que aún transitaban en la frígida madrugada- y corrían despavoridos hacia sus casas. Se decía que era una mujer, que había venido de lejos y cuyo esposo había fallecido en un accidente de trabajo en la fundición de Centromín, y que cada noche lloraba su desgracia, y se escurría por los campamentos del Club Peruano buscándolo, llamándolo, reviviéndolo en su ya retorcido recuerdo.
La vecina Juana decía haberla visto el Sábado, cuando volvía de un matrimonio: -¡Es alta y flaca! murmuraba la señora, abriendo lo más que podía sus negros ojos andinos. Don Chemo también la vió cuando salía de la Empresa a las doce de la noche: -¡Es bajita, medio gorda! refutaba en el barrio. Y el hijo de la vecina Gloria, el Chino, también la vió, antes de quedarse dormido en el lavadero después de gastarse todo su sobre de pago en una cantina.
Así, por muchos años, la gente del barrio comentaba que en ocasiones esporádicas la vislumbraban: alta, gorda, bajita, bella, vieja, delgada, muy joven, pero siempre vestida de negro. Hasta que hace poco, aquellos campamentos, los del Club Peruano, fueron destruídos. La gente olvidó a aquella señora ... pero ella no se olvidó de su esposo.
Tal vez por eso, en los últimos días, ese rumor, el mismo de antes, a vuelto a correr por La Oroya, ahora en Marcavalle, ahora en Huampaní, ahora en Huaymanta, en Buenos Aires y Curipata, en La Oroya Antigua y Chúlec, en Torres Hidro y Mayupampa, en Túpac Amaru y Sacco, en San Carlos y 9 de Octubre, en la Empresa, por tu barrio ... por tu casa.
Pero qué tendría de malo que una mujer viuda, busque a su esposo, se preguntarán. Y yo les diré que nada, absolutamente nada de malo, a no ser que aquella señora, la viuda vestida de negro, se suicidó el mismo día que se enteró de la muerte de su esposo.
-¡César! ¡César!, se escuchó en la insondable noche oroína, una voz desgarradora, una voz aullante. -¡Es la viuda! -decían algunos entes nocturnos que aún transitaban en la frígida madrugada- y corrían despavoridos hacia sus casas. Se decía que era una mujer, que había venido de lejos y cuyo esposo había fallecido en un accidente de trabajo en la fundición de Centromín, y que cada noche lloraba su desgracia, y se escurría por los campamentos del Club Peruano buscándolo, llamándolo, reviviéndolo en su ya retorcido recuerdo.
La vecina Juana decía haberla visto el Sábado, cuando volvía de un matrimonio: -¡Es alta y flaca! murmuraba la señora, abriendo lo más que podía sus negros ojos andinos. Don Chemo también la vió cuando salía de la Empresa a las doce de la noche: -¡Es bajita, medio gorda! refutaba en el barrio. Y el hijo de la vecina Gloria, el Chino, también la vió, antes de quedarse dormido en el lavadero después de gastarse todo su sobre de pago en una cantina.
Así, por muchos años, la gente del barrio comentaba que en ocasiones esporádicas la vislumbraban: alta, gorda, bajita, bella, vieja, delgada, muy joven, pero siempre vestida de negro. Hasta que hace poco, aquellos campamentos, los del Club Peruano, fueron destruídos. La gente olvidó a aquella señora ... pero ella no se olvidó de su esposo.
Tal vez por eso, en los últimos días, ese rumor, el mismo de antes, a vuelto a correr por La Oroya, ahora en Marcavalle, ahora en Huampaní, ahora en Huaymanta, en Buenos Aires y Curipata, en La Oroya Antigua y Chúlec, en Torres Hidro y Mayupampa, en Túpac Amaru y Sacco, en San Carlos y 9 de Octubre, en la Empresa, por tu barrio ... por tu casa.
Pero qué tendría de malo que una mujer viuda, busque a su esposo, se preguntarán. Y yo les diré que nada, absolutamente nada de malo, a no ser que aquella señora, la viuda vestida de negro, se suicidó el mismo día que se enteró de la muerte de su esposo.
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